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El amor; referencias védicas

Actualizado: 12 jun 2023


Hemos escuchado que el amor y la felicidad son fundamentales. Nos decimos que son nuestros valores u objetivos más añorados. Sin embargo, cuando preguntas a 20 personas qué es un lápiz, una palta o una caja, obtendrás de todos ellos la misma respuesta, pero si les preguntas ¿qué es amor o la felicidad?, los titubeos son comunes y las respuestas variadas. ¿Cómo lograremos uno de estos objetivos si no tenemos certeza de lo que se tratan? ¿Cómo no tener certeza alguna de algo tan importante y a pesar de ello relacionarnos, educar, escribir leyes, ejercer un oficio o esbozar algún arte? El sánscrito védico y la literatura védica son eruditas en esta materia. Veamos entonces dos nociones centrales:

Purusha y prakriti

Purusha es lo que no cambia, no oscila, lo que es infinito, inmutable, estable, álmico, esencial, no ilusorio, en sánscrito "sat". Relacionado con el Dharma.

Prakriti hace referencia a lo que cambia, es finito, mutable, inestable, ilusorio, que aparece y desaparece como la paloma de un mago. Puede ser un tejido, un pensamiento, una memoria, el sol, una relación, una palabra, un día, la respiración, nuestras vidas. Aquello que, por su naturaleza, nace, se desarrolla y muere.

Lo que llamamos "amor" podría estar dentro de estas dos categorías. Podría ser prakriti (kármico) o ser (o ir en dirección) de purusha (dhármico). Lo dhármico nos realiza y nos genera paz; lo kármico genera inquietud, oscilación. Entonces, en español tenemos una sola palabra, “amor”, para al menos dos cosas muy diferentes.


 

El amor y soltar.


Practicando y guiando prácticas, se puede ver lo que traemos desde la educación, desde el trabajo, desde lo cotidiano. Muchas veces es una gran tensión, un gran contenido de resistencia, de fuerza en dirección contraria a la realidad. Hay tanta exigencia en lo laboral, en lo social, en lo relacional, incluso en lo que llamamos "amor", que soltar y aceptar la realidad parece tan difícil, pero esto es tan importante. Si pensamos que el amor tiene que ver con soltar y aceptar, que trascendental es desarrollar estas dos capacidades.


Soltar y aceptar que hacemos bien ciertas cosas, que somos importantes, que tenemos intereses, que somos únicos. Aceptar que no tengo por qué hacer lo que no quiero. Aceptar que el respeto por lo que hago y pienso, y por los demás, no requiere tanto discurso (y esto no es una forma, sino que algo más profundo). Comprender que no siempre hacemos bien las cosas, que nos equivocamos y que no necesitamos “construir un planeta” alrededor del error ni construírselo al otro, sino que podemos soltar y aceptar.


Quizás esto puede ser un gran acto de lo que llamamos “amor”. Recuerdo haber leído en un libro de Bob Dylan que su abuela le decía que "todas las personas estamos dando una gran batalla en esta vida". Que importante es entonces aceptar y soltar, cuidarnos, respetarnos, no hacerlo más difícil para nosotros ni para el resto. No atar mis relaciones (sean conmigo mism@, con otr@ o con el entorno) a todas mis demandas, memorias o ideas, sino que soltar y aceptar. Todo un arte. La práctica de yoga puede ayudar a desarrollarlo.


Quizás lo que llamamos “amor” no tiene que ver solo con uno mismo ni con el otro, ni con algo utilitario, sino más bien con el orden natural de las cosas y para comprenderlo podemos soltar y aceptar. Un acto tan importante y bello como sentarse una tarde en una plaza a mirar caer el sol.


 

Satya, shaithilya, samapathi y samyama.


El “Yoga Sutra”, texto clásico del yoga, habla de Satya: honestidad, verdad. En su libro II sutra 36 explica que cuando actuamos desde la verdad, las acciones rinden frutos que surgen desde nuestra voluntad más esencial, es decir, son dhármicas, van hacia purusha, hacia el infinito. Por otro lado, el sutra 47, en relación al āsana (traducido no muy afortunadamente como "postura"), habla de "śaithilya", que significa soltar, relajar. Señala que, al relajar la tensión, nos fundimos con el todo (samāpatti), base para la meditación, que es un gran soltar dhármico. De esta forma, conectamos con purusha (estabilidad.) Lo que llamamos “amor” puede tener relación con estos dos elementos: la verdad, aceptar lo que somos, lo que nos sucede; y soltar para poder comprender, conocer.


Todas estas conclusiones que, luego de miles de años de desarrollo védico, se enuncian en el yoga sutra, se complementan con práctica. Se puede escribir o leer sobre el tema, pero para asimilar y ver con ojos propios, debo practicar. ¿Y qué debo practicar?


El sutra no indica exactamente técnicas, sino principios sobre los cuales ejercer acciones prácticas, ya sea moverse, alimentarse, relacionarse, meditar o hacer saludos al sol. Lo que sea que hagamos, involucraría:


1) desarrollar una visión abstracta sin juicios, libre de conceptos, soltando (pratyahara);

2) de manera abstracta concentrarme en un objeto, por ej. lo que siento, un sonido, una figura o cualquier objeto (dharana);

3) mantener esa concentración sin distracción alguna (dhyana)

4) hasta lograr estados epifánicos (samadhi).


Desarrollar esta práctica central del yoga llamada samyama, nos puede conectar con lo que tratamos de comprender brevemente en este texto; Soltar y aceptar, cuidar, respetar, agradecer, conciliar, en relación con todo: con nuestro entorno, con la humanidad, pareja, amistades, con nosotr@s mism@s,


 

Bonus track online (aquí pondría un emoticón sonriente, pero no hay en esta app)


¿Y el amor de pareja?


Quizás es lo primero que pensamos cuando escuchamos "amor". En el amor romántico, en la relación de pareja. Así que lo agrego en esta edición online.


Creo que tenemos una sola palabra para demasiadas cosas, porque las relaciones se configuran de las formas más variadas. Algunas por compañía, otras por una convivencia muy fluida, por intereses mutuos, por ahorro, por un sentimiento de alegría profundo, otras por costumbre, por negocios, por que sí, por que no; Increíblemente incluso hay relaciones "amorosas" que se mantienen en base al maltrato: "Hice esto o esto otro por amor".


Cobran sentido los conceptos védicos expuestos anteriormente. Entender saber en base a qué se configura una relación, puede ser una tranquilidad. No es mejor, no es peor, es lo que es. HAbría honestidad. Tal vez lo que llamamos amor de pareja podría responder previamente a otras palabras-principios para calificar como "amor", nuestra pequeña palabra multiuso: respeto, compromiso, aporte, cuidado, compañía, honestidad, placer, comprensión, libertad, acuerdos.


Sin estas bases, sería muy simple comprender que no hablamos de lo que acostumbramos a entender como amor, si no de algo diferente que habría que sanar. Con estas bases, sea cual sea el motivo de una relación, podría calificar.


Como vemos, al llevar el concepto amor al plano de las relaciones, se multiplica y podemos decir que se disuelve en demasiados significados. Sería lo que llamamos "amor prakriti", es decir, cambiante, que tomará tantas formas como relaciones hay. Quizás buscamos la plenitud álmica (amor purusha) en lo cambiante que puede ser una relación de pareja, y eso confunde y frustra. Pero si se entiende que son cosas diferentes, quizás se puedan desarrollar ambas a la par y en paz.


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